30/09/2014
El próximo domingo, otra vez los peruanos nos convocan a las urnas donde decidiremos la suerte por los próximos 04 años de nuestras ciudades y regiones.
La mayoría de los peruanos ya tiene su voto decidido por un candidato en especial que será el de su preferencia, otros lo decidirán en la fila.
La verdad es que el pueblo peruano llega a las elecciones poco informado y más se deja llevar por los escándalos que protagonizan los candidatos y sus problemas judiciales que por las propuestas que representan cada uno de ellos.
La ley electoral peruana que para el gusto de este editor es de las peores que existen ya que no es un derecho sino una obligación el acudir a votar, hace que el ir a votar se convierta en una tortura.
Los ya concebidos ausentismos en las mesas de sufragio por parte de los miembros, hace que la gente cumpla con la obligación de votar tarde.
No se porque se convierte en una Fiesta democrática cuando la verdad es que tenemos la obligación de asistir, uno asiste a una fiesta primero si lo invitan y luego si es que tiene el deseo de asistir.
De otro lado la calidad de los candidatos salvo contadas excepciones, realmente hace pensar que si es que eso es lo mejor que tiene el Perú para representar a su población, creo que mejor sería apagar la luz; en días pasados en el debate organizado por el JNE, pude apreciar que salvo los 04 candidatos que puntean las elecciones los otros candidatos se encontraban en una situación lamentable.
Siempre dije que estas elecciones serían las más aburridas de los últimos tiempos en cuanto a propuestas se refiere, el candidato del APRA Enrique Cornejo,es el único que realmente a presentado una serie de propuestas innovadoras,que hacen de su candidatura una de las más interesantes, los demás candidatos no han hecho más que un re-frito de los temas ya conocido por todos.
Espero que el domingo gane el mejor realmente Lima ya no esta para perder más tiempo, en ensayos que no tienen ningún norte; la delincuencia, el trafico y los ambulantes hacen que el nivel de estrés de la población pueda girar hacia propuestas peligrosas de las que todos nos arrepintamos a posterioridad.
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